miércoles, 2 de diciembre de 2015

El bar

Entre, una vez, en un lugar extraño. Parecía un bar y en la puerta así se exponía pero algo era extraño. Mientras caminaba hasta al fondo de la estancia me percaté de que nadie tenía refrescos en sus manos, tampoco había comida de ningún tipo. ¿Que se pedía entonces en aquel bar? Pasé por cada mesa, por cada silla y lo único que veía era gente. Me senté en la zona mas alejada de la puerta para poder contemplar aquella extraña situación. Había una pareja en frente mío. La chica tenía un cabello rubio liso muy largo. Iba vestida con unos tejanos oscuros y una camisa blanca. El joven tenia el pelo oscuro y corto, sus ojos eran verdes. Seguramente por casualidad, iba vestido igual que la chica: pantalones oscuros y una camisa blanca. Miré al resto de gente. Todos iban vestido con los mismos colores. Seguía sin identificar ningún refresco. Me centre en aquella pareja y me dí cuenta que la muchacha estaba llorando pero aún y así tenía esa sonrisa estúpida que ponemos los humanos cuando tenemos vergüenza o nos gusta alguien. El joven reía y acariciaba las manos de la chica. La camarera se acercó a ellos y les preguntó:
-¿Todo bien?
-Perfecto -dijo la mujer enseñando su hermosa dentadura-. Todo es perfecto.
"¿Perfecto?" pensé "¿Como podía estar todo perfecto? ¿A caso no les faltaba la coca-cola o la cerveza o lo que quiera que esos jóvenes quisieran tomar?" Entonces lo entendí: allí nadie pedía ni bebidas ni comidas, pedían razones. Me explico, la gente lloraba por dolor al saber la verdad, reían por alegría al ver que su enfado era una estupidez, tenían discusiones tontas; una, la mas común, era la de: ¿Porque no me contaste esto tan maravilloso?
Me estaba agobiando, tantas historias románticas y yo sola, y triste. Vino la camarera y me pidió que le dijera mi comanda.
-Nada - le respondí.
-Algo tiene que haber, si no no habrías venido. - dijo sorprendida.
-Yo... - comencé a decir al borde del lloro y el llanto - yo... solo quiero dejar de sentirme vacía, ser feliz.
-Eso es fácil -me respondió, me sorprendí ¿fácil? No era nada fácil, lo había intentado durante años. Se me pasaron las ganas de llorar y presté atención-. Solo tienes que serlo. Ignora que es lo que te hace mal y sigue adelante. Igual que todas las personas aquí, debes centrarte en lo bueno porque cosas malas habrá siempre, pero las cosas buenas hay que cuidarlas para que se queden.